sábado, 30 de enero de 2010

AUSENCIA

Ella está sola, sentada en el jardín rodeada de las más hermosas plantas, su cuerpo está triste, pálido, no tiene compañía, se siente como una dama al que su galán ha dejado abandonada por otra.
Sus lágrimas son como pétalos que caen en el más crudo otoño, formando así el follaje de su soledad.
Transcurren los meses y sigue sola, las ramas en la que se apoya a esperar se secan de impaciencia,
su vestido de rosa se marchita y por último su corazón solitario se vuelve hielo ante la espera en vano de un posible amor.

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